Hiperemesis gravídica: cuando las náuseas en el embarazo son extremas

La hiperémesis gravídica afecta a muchas mujeres embarazadas, aunque solo entre 1-2% son diagnosticadas debido a la falta de conocimiento, dificultad para identificar la enfermedad y otros mitos sobre las náuseas en el embarazo. Cada año, entre 50.000 y 60.000 mujeres requieren ser hospitalizadas por esta condición.

Los síntomas inician cerca de la cuarta semana de gestación. Y al igual que las náuseas comunes, pueden mejorar después del tercer mes de embarazo, aunque en 40% de las embarazadas se prolonga, según la Fundación HER, dedicada a la investigación de la enfermedad. En algunos casos, el malestar puede volver en el tercer trimestre, y en otro tanto dura todo el embarazo.

A corto plazo, la hiperémesis gravídica pone en riesgo tu salud debido a deshidratación y malnutrición. Tu bebé puede tener bajo peso al nacer o requerir un parto prematuro. Las consecuencias a largo plazo aún no se comprueban, pero las investigaciones de la Fundación HER la relacionan con desórdenes en el desarrollo cognitivo y psicosocial, y enfermedades crónicas.

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Factores de riesgo

La causa de la hiperémesis gravídica no se conoce a ciencia cierta, pero se asocia con varios factores de riesgo:

Embarazos múltiples
Embarazadas primerizas
Dieta alta en grasas. Según investigaciones recientes, el riesgo de padecer la enfermedad se multiplica cinco veces por cada 15 gramos adicionales de grasa saturada que consumas.
Antecedentes de náuseas severas en el embarazo. El 85% de las mujeres que padecen hiperémesis gravídica sufren la condición en embarazos posteriores.
Factores psicológicos. No se trata de un mal psicológico, pero la hiperémesis gravídica sí puede empeorar como consecuencia del estrés y ansiedad durante el embarazo.
Deficiencias nutricionales
Altos niveles de la hormona gonadotropina coriónica (hCG por sus siglas en inglés), que suelen dispararse durante las primeras semanas de embarazo
Niveles elevados de tiroxina, la hormona segregada por la glándula tiroidea. Cerca de 70% de las embarazadas que padecen hiperémesis gravídica también presentan niveles elevados de esta hormona, según un estudio de la Fundación HER.
Embarazos en mujeres menores de 20 años

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Síntomas

Cuando padeces hiperémesis gravídica te es casi imposible cumplir con tus actividades normales. Puedes presentar una combinación de estos síntomas:

Náuseas o vómito severos, más de cuatro veces al día
Incapacidad de retener alimentos o líquidos
Repulsión a la comida
Debilidad
Anemia
Dificultad para tolerar el movimiento, ruido o luz
Desmayos
Pérdida de peso severo (5% o más de lo que pesabas antes de empezar el embarazo)
Dificultad para orinar
Deshidratación
Mareos y dolores de cabeza
Palidez o ictericia (piel amarillenta)
Presión arterial baja
Ritmo cardíaco acelerado

Diagnóstico y tratamiento

Cuando se trata de náuseas en el embarazo, puedes tener días buenos y días malos. Y a pesar de lo mal que te sientas, recuerda que la hiperémesis gravídica se diagnostica solo en casos extremos. Reporta todos tus síntomas a tu médico, quien también puede realizar pruebas de sangre y orina para descartar otras condiciones.

Los médicos suelen utilizar enfoques conservadores a la hora de dar fármacos a mujeres embarazadas y los reservan para casos en que tu salud o la del bebé están en riesgo. De ser así, te puede recetar medicinas para apaciguar los síntomas, ya que no existe una fórmula para curar la hiperémesis gravídica. El tratamiento consiste en medicamentos para las náuseas, con el objetivo de mantener una cuenta calórica mínima para el bienestar de tu bebé.

Los casos severos ameritan hospitalización para administrar líquidos vía intravenosa, monitorear al bebé, y tratar la deshidratación y deficiencias nutritivas.